miércoles, 28 de enero de 2015

LA AFICIÓN A LA PESCA (I)

        En este artículo quiero dirigirme a vosotros de una manera diferente a como lo haré habitualmente,  más con el corazón que desde mi experiencia o mis conocimientos. Poniendo al descubierto algunos de mis pensamientos y sentimientos respecto a lo que supone esta afición y haciendo algunas reflexiones de carácter psicológico, emocional y vital.
      Casi os diría que es un ensayo, dirigido mucho más a todas aquellas personas profanas en la materia que desconocen los entresijos de esta bonita afición. Seguramente, aquellos que disfruteis de este hobbie como lo hago yo, en mayor o menor medida os sentiréis identificados con algunas o muchas de las cosas que intentaré transmitiros. Es por ello, que lo escriba más a modo de escaparate en el que puedan vernos aquellos que desconocen realmente lo que supone la pesca deportiva, que con objeto de contaros a los pescadores algunas cosas que ya sabéis o sentís de la misma manera que yo.

LA PESCA: ¿DEPORTE U OCIO?

    Probablemente muchos asociéis la imagen del pescador con la de un personaje que se va al mar muy temprano los sabados y/o domingos para salir de su rutina semanal (ya sea en un barco o a pescar desde la costa), juntarse con amigos a tomarse unas cervezas (parece indisociable el binomio nevera-pescador) mientras bromean, se cuentan sus asuntos personales, o hablan del último partido del Madrid o el Barsa, en un entorno natural. 
Hay utensilios imprescindibles en una jornada de pesca, como puede ser el abrelatas y el abrebotellas....

  Evidentemente, esa es la estampa de los que ocasionalmente y como una actividad más, de manera puntual y para "socializar" pueden hacer muchos pescadores. 

     Pero mi forma de entender y vivir esta afición, sin dejar de ser eso -una afición- va mucho más allá de pasar un buen rato entre amigos o en medio de la naturaleza. Y no es que no considere importante el aspecto "social" y "bucólico" de la misma -que lo es-, sino que la esencia no es ésta para mí, sino el hecho de retar a la naturaleza y superarme día a día, de descubrir y obtener sus recursos de una forma deportiva. Desafiando a un medio que en muchas ocasiones se torna hostil y desconocido, por mucha experiencia que tengamos. 

    Por muchos estudios científicos que se hagan, es un medio que sigue y seguirá siendo muy desconocido en muchos de sus aspectos, y con unos recursos cada vez más limitados , cuyo aprovechamiento -a nivel deportivo- se hace cada vez más difícil. Quizá por esa lucha contra los elementos, en algunas ocasiones puedo llegar a disfrutar tanto o más saliendo solo a la mar, aun sabiendo los inconvenientes y riesgos que ésto conlleva (y de las "reprimendas" que ésto conlleva por parte de mis seres queridos). Aunque prefiera hacerlo en buena compañía, con la seguridad y garantía que ésto supone, también disfruto enormemente cuando me enfrento a la mar y puedo hablarle cara a cara, sin testigos ni ayudantes para ganarle en el desafío. Y puedo aseguraros que, ciertos rituales "sociales" que se presuponen implícitos en una jornada de pesca, para mí pasan a un segundo plano cuando la cosa se pone interesante. En muchas ocasiones he llegado a comerme el bocadillo sin soltar la caña de la mano, o mucho más allá, "olvidarme" de comer si la pesca estaba en su máximo apogeo. Para degustar un manjar, un buen vino y/o charlar con amigos prefiero otros lugares...
Si los peces están activos, no se puede perder ni un minuto con los aparejos sin calar. En esos casos, nuestro "almuerzo" pasa a un segundo plano en favor del de los peces...

    A pesar de esta afirmación, que puede dar una imagen de mí cercana a un "ermitaño", me considero una persona sociable, integrado en muchos ámbitos de la sociedad, con amigos de todos los gustos, colores, edades, y lugares. Pero esta afición "me tira" tanto, que muchas veces tengo que renunciar a disfrutar de otras cosas, para poder acudir a mi cita con el mar. Si es que alguien de mi entorno estáis leyendo estas líneas, entendereis que si no comparto más momentos con vosotros, no es porque no me apetezca disfrutar de vuestra compañía, sino porque a veces resulta incompatible con los preparativos o los desafíos del mar. 
Junto a otros deportes, y por supuesto la pesca, el "running" es una de mis grandes aficiones, que intento compatibilizar en mi tiempo libre con aquella.
   Sin llegar a ser una actividad que se realice de forma profesional, requiere mucha dedicación y una preparación previa que excede del ámbito temporal del día en el que nos echamos a la mar. Porque detrás de una buena pesca, siempre existe un esfuerzo y un tiempo invertido en un sinfín de preparativos que dificilmente -salvo que tengais a alguien cercano "enganchado" a la pesca- podéis imaginar. Como en todos los ámbitos de la vida, si queremos hacer las cosas bien no se puede ir de cualquier forma o con cualquier material. Un buen equipo de pesca no se hace de la noche a la mañana, y requiere una preparación en casa, además de una inversión económica en material de buen calidad. Y por supuesto, si se trata de hacerlo desde embarcación, adquirir ésta, mantenerla o costear las salidas al mar requiere un apartado presupuestario en nuestra economía, que en algunos casos puede suponer renunciar a otros hobbies y seguramente "ajustar nuestro cinturón" en otros aspectos. 
             
Una muestra del equipo de pesca con la que cuento en el AVIZOR. Un equipo que he ido adquiriendo poco a poco, ampliandolo y renovándolo a lo largo de los años.  Cada modalidad requiere un material específico y por tanto "rascase el bolsillo". 

    Pero no es suficiente con el bolsillo para hacerse con un buen equipo, porque hay muchas técnicas, trucos y detalles que el dinero no puede comprar, y se basan en la experiencia propia para ponerlos en práctica.
Al material de pesca podemos darle otros usos en su época de "barbecho"...
     No solo nuestra economía, sino también nuestro tiempo libre debemos saber administrarlo para preparar las salidas a pescar, el material, el cebo, coordinarlo con nuestra vida familiar y social, etc.
    Así pues, tras éstas consideraciones iniciales podemos decir que el aspecto deportivo de la pesca recreativa radica mucho más en el desafío (más intelectual que físico) que nos impone un medio desconocido y a veces hostil. De alguna forma, catalogándola de deporte como tal, yo la situaría en el plano de otros deportes que no requieren de una gran actividad física como el ajedrez. Los que desconozcáis los entresijos quizá penséis que todo se basa en la fuerza, algo de sentido común y suerte. Pero, si bien todos esos requisitos son necesarios, lo son en orden inverso.  Y en el caso de la suerte, es un factor que suele operar a favor de aquel que va muy bien preparado, dedica bastante tiempo y tiene una experiencia y conocimiento del medio amplios.          
El éxito en la pesca deportiva, comienza -como en el ajedrez- por un buen planteamiento estratégico en el que se analicen múltiples variables. Después pueden intervenir otras cualidades como la habilidad o la fuerza. Pero éstas sin aquel de poco sirven ....
   Evidentemente, la pesca desde embarcación -especialmente en condiciones adversas- supone en algunas ocasiones una "paliza" para el cuerpo que no todo el mundo puede aguantar si no se está acostumbrado o se cuenta con ciertas condiciones físicas. No hay que olvidar que el mar es un medio inestable y que el propio movimiento de la embarcación (especialmente los días en que éste se agita), unido a los esfuerzos de la acción de pesca (manejo de las cañas, izar el ancla, etc) pueden dejar el cuerpo molido y la espalda "hecha un cuatro", de forma más acusada cuanto más larga sea la jornada. Además, pescar en medio del mar supone una exposición extrema a algunos agentes atmosféricos (viento, radiación solar, frío, calor, etc). 
En días con condiciones meteorológicas adversas se hace más difícil pescar, y el cuerpo sufre mucho más que en días de bonanza, además de los riesgos que asumimos...
         
CARIÑO, ¿HAS VISTO COMO NO SOY EL ÚNICO?

      Si estás leyendo este artículo y eres otro "loco" pescador -como yo, probablemente te sientas identificado y te sirva de herramienta para compararte y convencer a tu pareja de que no eres el único que pasa mucho tiempo dedicado a este hobbie, que no eres el único que se pasa horas y horas consultando artículos sobre pesca, foros en internet intentando aprender nuevas técnicas, o viendo videos en YouTube con los "dientes llegando hasta el suelo" (de envidia), hablando por wassap con alguno de los  amigos y/o compañeros con el/los que sales a pescar habitualmente, programando la próxima salida, recordando "batallitas" pasadas, o intercambiando información de valor. 
gggggggggggggg
Sueños de un pescador.
    Por no hablar de lo "chalados" que podemos parecer, pegándonos esos madrugones los fines de semana, cuando la mayoría de los mortales se dedican a recuperar el sueño acumulado durante la vorágine laboral de entre semana. En mi caso -y creo que en el de muchos otros colegas de afición- madrugar no supone un problema. Es más, en estos difíciles tiempos que corren, doy gracias por tener que levantarme muy temprano todos los días para trabajar pero con una sonrisa para afrontar la jornada, por dura que ésta pueda ser. Pero es que, cuando se trata de madrugar para pescar, por cansado que esté o temprano que sea, se me hace muy fácil y esa sonrisa aumenta en progresión geométrica a las expectativas de pesca que tenga ese día. A mayor abundamiento, y a pesar de llevar más de 30 años (desde que era muy niño) enganchado a esta "droga", todavía hay noches que me cuesta conciliar el sueño por la ilusión y la excitación que me produce la expectativa de salir a disfrutar de la mar. Y cuando este sueño es placentero, suele venir acompañado de dulces y utópicos sueños en los que, tan pronto capturamos una dorada de 8 kilos como un atún de 400.

LA LLAMA QUE NO SE APAGA
    Empecé con apenas 7 u 8 años, en que de la mano de mi madre íbamos a pescar con una caña de bambú y boya a las escolleras del puerto. Desde entonces, mi afición fue in crescendo hasta hoy. Pero la historia de mi evolución como pescador la dejaré para un artículo monográfico (o en su caso, varios).
     Como digo, la pesca es una llama que se encendió dentro de mí cuando era muy pequeño, a la que el paso del tiempo no ha hecho más que insuflar oxígeno para que aumente su intensidad, aun cuando -dado el progresivo agotamiento de los recursos- es cada vez más difícil realizar buena pescas. 


Las primeras capturas, las primeras salidas al mar desde muy pequeño,  han ido forjando en mí la pasión por la pesca. Pasando por varias fases a lo largo de la vida: de pescador de muelle y escollera del puerto, pasando por un pequeño bote, un modesto barco de 5 m hasta una moderna embarcación de 7,5 m.
    Tal vez en eso radique gran parte del encanto de esta afición, puesto que constituye un gran desafío y una lucha contra la "carestía" generalizada. Si fueran "habas contadas" y se sometiera a reglas fijas; si cada vez que saliéramos a pescar pudiéramos racionalizar y predecir los resultados; si siempre volviéramos a puerto instalados en el éxito, probablemente dejaría de tener gracia, mérito, y pasaría a ser una actividad "rutinaria" que dejaría de reportarnos tantas emociones.
Mi primo Enrique, otro gran aficionado y habitual tripulante del AVIZOR, muestra orgulloso una buena captura (SARGO IMPERIAL DE 2 KG). Capturar piezas como ésta supone una gran dosis de adrenalina que enganchan de por vida al pescador novato.

      Y no solo eso, es que el mar -LA MAR para nosotros- nunca deja de sorprendernos y casi todos los días nos deleita con cosas nuevas, escenas cambiantes y vivencias diferentes a experencias ya adquiridas que nos inyectan la dosis necesaria para no poder abandonarla.

Algunos días, el mar nos recompensa con algunos de los tesoros que esconde abajo. En las ímágenes, Manolo Ruiz y el que suscribe mostrando capturas de singulares y enormes cefalópodos.
  Hay que tener en cuenta que el mar es un medio tridimensional del que, a día de hoy pueden conocerse muchas cosas respecto a sus dimensiones superficiales XY (por la tecnología GPS y los satélites), pero con mucho por conocer y explorar en su dimensión "Z" (por mucho que las sondas y sónars han contribuído de forma impagable a la exploración de la columna de agua). Es un hecho que aún hoy se desconocen muchas especies que habitan los mares y océanos, y que con relativa frecuencia se captura algún pez que no se sabe exáctamente qué es, o es raro capturarlo en una determinada localización puesto que pertenece a otras latitudes y/o mares. 
La mar nunca deja de sorprendernos: este día en familia será recordado por la captura de un precioso PEZ LUNA que devolvimos al mar.
    El mar nunca deja de sorprendernos por mucho que lo conozcamos o más estudios científicos que nos aporten información acerca de él y las criaturas que lo habitan. Si la vida en este planeta podríamos decir que es el fruto entre la energía solar y la materia de la tierra, el mar bien podría encarnar el papel de la placenta materna. Sus aguas alumbraron las primeras especies, a él van a parar las laderas de las montañas, arrastradas por los ríos, y de su lecho han emergido las cordilleras más esbeltas que podemos admirar.          El fondo de los oceanos es una gran asignatura pendiente para la ciencia, puesto que ignoramos casi todo lo que se gesta a partir de cierta profundidad. Seguro que existen riquezas incalculables ahí abajo, pero apartarse de la orilla suscita inquietud e inseguridad. Es lo que en clave de la Ley de Murphy enuncia una de sus leyes: "Por definición, cuando se investiga lo desconocido, nunca se sabe de antemano lo que se va a encontrar".
                   

   Espero que este BLOG pueda servir para aportar un pequeño grano de arena a ese campo científico, vasto y por desarrollar, o al menos que sirva como vehículo de difusión para aquellas personas que quieran saber algo más sobre él y sobre la pesca.

"NO HAY DOS DÍAS IGUALES": EL GRAN ENIGMA.

    Esta frase se la escuché a un viejo pescador de TORREVIEJA del que aprendí mucho de niño, y al que profusaba una gran admiración, que solía exclamar cada vez que hacía una "porra" (casi siempre la decía cuando las cosas no le habían ido bien). Y es que tenía toda la razón, puesto que en la pesca se conjugan tantas variables intrínsecas al mar y factores externos a éste que pueden influir en el resultado, que dificilmente podemos repetir de una jornada a otra un buen -o un mal- resultado, por mucho que las variables de estado se parezcan. Probablemente siempre haya una variable que no hayamos analizado, desconozcamos, o haya cambiado radicalmente de un día para otro. O simplemente esté sometido al capricho de los peces (un día se dan un "festín" y al siguiente se ponen "a dieta"; un día estoy aquí mañana estoy allá, hoy me apetece comer por la mañana y por la tarde cierro "el pico" y viceversa..)
Las tablas solunares (www.tablademareas.com), donde se indican las mareas en función del ciclo lunar, es una herramienta que en algunos casos nos puede servir de ayuda para predecir la actividad de los peces. En cualquier caso, y en base a mi experiencia, no son demasiado fiables, puesto que existen otros factores que pueden enmascarar y/o predominar sobre éste.
      Y es que, a pesar de la tecnología actualmente a nuestro servicio en muchos de las variables que afectan a la pesca (partes meteorológicos y variables oceánicas, tablas solunares de mareas y actividad de los peces, etc) es muy dificil establecer un modelo teórico real que nos permita predecir con precisión cómo puede resultar una jornada de pesca.
Entre las numerosas fuentes disponibles para consultar variables oceánicas y meteorológicas, mi favorita es la web de Puertos del Estado (www.puertos.es), donde existen unas tablas de predicciones y datos en tiempos real e históricos según unas localizaciones concretas (boyas), muy útiles para el pescador.
        Me refiero a variables meteorológicas y ambientales como pueden ser el viento, la temperatura, la presión, las corrientes marinas, el mar de fondo, la salinidad, etc. La tecnología nos hace cada vez más fácil predecir -algunas con cierto margen de error-  qué variables nos vamos a encontrar, pero queda mucho camino por recorrer respecto a cómo afectan cada una de ellas y su conjugación en la actividad y localización de los peces.
Mapas de viento, corrientes, temperatura y salinidad de la web de Puertos del Estado. La consulta de los dos primeros es un ritual obligado previamente a cada salida a la mar.
      Os puedo asegurar que por muy metódicos y concienzudos que seamos a la hora de observar y analizar todas estas variables que pueden influir en la pesca, es muy difícil -por no decir imposible- vaticinar con ciertas garantías como será el comportamiento de los peces y por tanto el hipotético resultado de una jornada de pesca, si bien pueden ayudarnos a tomar algunas decisiones y precauciones previamente. Este tema es muy extenso y controvertido, y existen tantas opiniones al respecto como aficionados a la pesca, por lo que en un futuro trataré de escribir un artículo donde de alguna forma se establezcan relaciones entre ellas y la pesca, intentando cuantificar y cualificar cada una de ellas y la conjugación de las mismas. Eso sí, haciéndolo desde mi modesta experiencia, mi opinión y la que me puedan aportar otros colegas y fuentes.
Las mediciones de corrientes de las boyas disponibles de Puertos del Estado, nos pueden proporcionar información interesante sobre la evolución de las corrientes marinas en una determinada zona. Cuando éstas son intensas, constituyen uno de los mayores enemigos de la pesca...
       También es cierto que, si bien las cada vez más populares y asequibles (en precio) sondas y GPS electrónicos son un instrumento de gran utilidad para localizar peces y determinar la profundidad y tipo de fondo, todavía queda mucho por desarrollar y teorizar sobre el comportamiento de los peces. Cuando especifico "asequibles" en precio, lo hago porque a veces no lo son tanto en manejo. Saber aprovechar las posibilidades funcionales de la electrónica requiere invertir tiempo en practicar y molestarse en investigar sobre sus funciones. En el caso de muchos pescadores (sobre todo veteranos que no han "nacido" con la tecnología) poseen en sus embarcaciones buenos equipos electrónicos de los que apenas son capaces de obtener el mínimo rendimiento. Y saber manejar estos equipos, al menos pueden minimizar en cierta medida ciertas variables que operan en contra de la pesca y obtener datos muy necesarios para pescar desde embarcación.
                      

    De alguna manera, los peces -dotados de buenas cualidades natatorias- en general tienen costumbres bastante erráticas, siendo la sonda y GPS herramientas que nos ayudan a localizarlos a pesar de este comportamiento. En mi opinión, dicho comportamiento, es un enigma que puede que sea la sustancia principal que contiene el "veneno" inoculado en las entrañas de todo pescador. Como en todos los ámbitos de la vida, todo aquello que sea demasiado predecible y sujeto a reglas estrictas acaba produciendo hastío y desinterés, pero no es el caso de la pesca, mucho menos si se hace desde embarcación.


Pasan las horas de hastío
por la estancia familiar,
el amplio cuarto sombrío
donde yo empecé a soñar.
Del reloj arrinconado,
que en la penumbra clarea,
el tictac acompasado
odiosamente golpea.
Dice la monotonía
del agua clara al caer:
Un día es como otro día;
hoy es lo mismo que ayer.
Cae la tarde. El viento agita
el parque mustio y dorado...
¡Qué largamente ha llorado
toda la fronda marchita!

                                  (Poema "Hastío", de Antonio Machado).

LAS TÉCNICAS DE PESCA DESDE EMBARCACIÓN
   Este apartado es tan amplio que requiere un artículo monográfico sobre el tema, o sobre cada una de sus técnicas y variantes, por ello me dedicaré a describir someramente las técnicas básicas que se pueden desarrollar desde embarcación, y sus variantes fundamentales, para que os hagais una idea aquellos que os habéis iniciado en la pesca en barco o cualquier lector que sienta curiosidad por saber algo más sobre el tema.
     La imagen que tienen los profanos en la materia sobre la pesca suele ser la del pescador en la playa lanzando todo lo lejos que puede un aparejo con un plomo y uno o varios anzuelos cebados, o la de un pescador en un muelle con una caña con boya. Pero la pesca en barco no tiene casi nada que ver con ésto. A modo de simil, comparar ambas disciplinas sería como comparar un corredor de 100 m con un maratoniano. Ambos tienen como actividad fundamental correr lo más rápido que puedan una distancia determinada. Pero poco tienen que ver uno con otro en cuanto a complexión física, entrenamientos, alimentación, etc. 
    Con esta introducción, pretendo eliminar cualquier tipo de cliché o imagen prestablecida sobre la pesca en barco, que muy poco o casi nada tiene que ver con la de la pesca desde tierra firme, si bien ambas tienen el mismo objetivo: capturar peces. 
Y una vez dicho ésto pasaré a enumerar y describir las técnicas principales.

Pesca a fondo

    A embarcación fondeada: consiste en pescar con un aparejo o volantín de varios anzuelos lastrado con un plomo, que se deja caer hasta el fondo. La embarcación está fondeada (con el ancla echada) sobre el lugar de pesca, con el objeto de capturar peces en un hábitat puntual y localizado. Con esta técnica se pescan especies bentónicas (ligadas al fondo), como la dorada, pagel, chopas, sargos, meros, etc.
Doradas, pageles, chopas, gallos pedros, vidriadas... En la modalidad de pesca a fodo a embarcación fondeada se pueden conseguir una gran variedad de especies, cuando pescamos sobre fondos apropiados..
      A la ronza o deriva: es una variante de la anterior, en la que no se echa el ancla, dejando la embarcación a la deriva (a merced del viento y/o la corriente), barriendo un área determinada en la que se localizan las especies que buscamos. Cuando el barco se ha distanciado de la zona querenciosa se realizan "enmendás" para volver al punto o zona donde teóricamente el pescado está activo o concentrado. Con esta técnica se suele pescar al mabre en las noches de verano (con luna llena) y al calamar.

     A gran fondo:  es una variante de la pesca a fondo con volantín, pescando a grandes profundidades buscando especies de los abismos (chernas, besugos, pollos, tiburones, etc). Dadas las profundidades en que se pesca (superiores a 100 o 150 m, por establecer un límite), se necesitan carretes eléctricos y aparejos de múltiples anzuelos (también llamados "voraceras"), siendo los plomos de pesos superiores a 500 gramos (hasta 2 kg), en función de la profundidad y/o corrientes. Esta modalidad puede realizarse con embarcación fondeada (hasta profundidades de 250-300 m), siendo recomendable realizarla a la deriva por encima de este umbral.

Pesca al curricán o cacea

    Consiste en arrastrar unos señuelos artificiales (o peces vivos) con la embarcación en movimiento, barriendo una superficie amplia del mar, con objeto de que los peces depredadores ataquen los señuelos o cebos excitados por su movimiento. 

                                  
Video grabado a bordo del velero SHIMA, en una jornada de curricán costero.

Variantes:
   Curricán  costero (de superficie): se trata de arrastrar pequeños señuelos artificiales (pulpitos, vinilos, cucharillas, rapalas, etc) por la superficie del mar, en busca de especies pelágicas como llampugas, túnidos (bacoretas, bonitos, atunes, etc),  carángidos (soreles, seriolas, etc). Se realiza en distancias cercanas a la costa (< 12 millas) y profundidades máximas de 150 m, navegando a velocidades medias de entre 4 y 7 nudos. Es una técnica relativamente fácil y cómoda, puesto que no requiere demasiada pericia por parte del pescador para poner los aparejos en el agua, al no tener que alcanzar profundidades concretas. Además, es asequible para cualquier embarcación, puesto que no requiere grandes desplazamientos respecto a la costa ni un material excesivamente caro, dada su ligereza.

Jornada de curricán a bordo del TELOC. En la imagen inferior observamos algunos complementos de esta modalidad (excitadores, plomos de "percha"), así como pequeños señuelkos como pulpitos de vinilo y plumas.

       Curricán de altura: la diferencia fundamental con la anterior es el tamaño de los señuelos y el material, que debe estar dimensionado para la captura de grandes piezas como atunes, albacoras, picudos (peces espada, marlines, agujas...), etc. Se realiza por lo general a grandes distancias de la costa, si bien hay épocas y momentos puntuales que éstas grandes especies suelen acercarse a la costa. En cualquier caso, requiere de una gran inversión en material y una embarcación proporcionada al tamaño de las piezas a las que aspiramos y las distancias lejanas (>20 millas) que suele ser necesario recorrer para encontrar los bancos de peces.


 Como ejemplo de esta modalidad os dejo este video grabado por mí en la embarcación de un colega y gran especialista, en el que se capturan grandes ejemplares de atún.

     Curricán de fondo (costero): consiste en arrastrar un señuelo artificial o pez vivo por profundidades cercanas al fondo, buscando capturar especies depredadoras ligadas a éste (dentones, meros, etc), o a profundidades medias (palometones, bonitos, grandes bacoretas). Se realiza a velocidad lenta (entre 2,5 y 4 nudos) si caceamos con señuelos artificiales o muy lentas (< 2,5 nudos), si lo hacemos con peces o cefalópodos vivos. Requiere de artilugios profundizadores para hacer llegar el señuelo hasta la profundidad deseada, por lo que es una técnica compleja dada la dificultad de poner el señuelo lo más cerca posible del fondo sin llegar a enrocar, y porque en ella intervienen diversas variables que afectan a la profundización (rozamiento de las líneas y plomos, corrientes, etc). Existen muchos mecanismos para profundizar (plomos de bola y "lentejas"; carretes "downrigger"; dacrón plomado, monel, planchas profundizadoras, etc), requiriendo de una inversión mayor en material, mucha más pericia por parte del pescador, y un buen conocimiento de la zona de pesca, puesto que se trata de arrastrar por fondos "cualificados" y aptos para localizar las especies pretendidas. Las capturas son más escasas que en currican costero, pero siempre de un tamaño grande, lo que lo convierte en una modalidad no apta para novatos.

Stand up, drifting o pesca al brumeo

  Consiste en dejar la embarcación a la deriva para que recorra una zona en la que se estima que es visitada por grandes pelágicos como grandes túnidos, marlines, peces espada, etc. Se procede a echar al mar cebo muerto (sardinas, alachas, etc) por la borda para detectar o atraer a los peces existentes en la zona y se disponen las cañas y sedales cebados con peces enteros vivos o muertos (alachas, jureles, bogas, etc). Los sedales se instalan escalonadamente, tanto en distancia a la embarcación (horizontal), como en distancia al fondo (vertical). Para conseguir este escalonamiento en la columna de agua se utilizan unos flotadores (balones o globos) que nos indicaran visualmente las distancias entre ellos y hacia el barco. 
La pesca al brumeo implica una gran paciencia, puesto que se trata de cebar la zona hasta que los grandes depredadores, atraídos por el rastro de nuestro cebo, ataquen nuestros anzuelos. Es una técnica en la que se suele llegar de vacío a puerto, si bien una pieza puede compensar varias jornadas infructuosas. Arriba: jornada al brumeo a bordo del TELOC, que se saldó sin ninguna picada, a pesar de que los grandes túnidos subieron hasta la superficie, dejándose ver. Abajo: esquema de disposición de cañas y aparejos.
    Si la marea es demasiado fuerte y el desplazamiento se estima inadecuado, es una práctica habitual el anclar y esperar. Si se produce la picada tan solo deberemos soltar el cabo del ancla con la mayor celeridad posible, fijado a una boya para su posterior recuperación, y dejar la embarcación a la deriva para comenzar el combate. El material empleado debe ser muy resistente (cañas de stand-up de 80 a 130 libras, grandes carretes de tambor fijo, sedales de 100 a 200 y grandes anzuelos a partir del 6/0), dadas las enormes piezas que se pueden capturar. Es aconsejable incluir en el equipo una silla de combate y arneses para pelear con el pez, que deberá ser gancheado con uno o varios ganchos para izarlo al barco.

Técnicas "-ing" (Jigging; Spinning, Popping,etc)

   El sufijo inglés -ing, utilizado para sustantivar un verbo, implica siempre una acción. Por ello, todas las recientes e innovadoras técnicas de pesca que incluyen este sufijo se refieren a acciones y movimientos realizadas por el pescador para mover de una forma u otra el señuelo. Básicamente todas consisten en mover un señuelo artificial a distintas profundidades o en superficie, imitando la huída de un pez vivo o herido para excitar a los depredadores, que lo atacan ferozmente. Son técnicas que han evolucionado mucho en los últimos años, inventadas y desarrolladas por los japoneses, y actualmente en expansión entre los pescadores deportivos. A continuación describiré las más conocidas:

     Jigging: consiste en dejar caer un señuelo plomado hasta el fondo, para recuperarlo verticalmente mediante recogidas rápidas o lentas de carrete, alternadas con fuertes tirones. Existen diversas variantes como el "Deep jigging" (a grandes profundidades y señuelos pesados, que se realiza en la vertical y con movimientos generalmente bruscos) o el "slow jigging" (con señuelos plomados -jiggs o vinilos con  cabezas plomadas- más ligeros, a menores profundidades y con movimientos suaves del señuelo, siempre ligado al fondo). 

     Spinning: es similar al jigging con la diferencia de que los señuelos pueden ser más ligeros puesto que se lanzan a cierta distancia de la embarcación para barrer un área cercana a la superficie en busca de peces pelágicos (carángidos, túnidos, etc), describiendo éstos un movimiento más cercano a la horizontal que la vertical.

      Popping: es similar al spinning, con la diferencia de que en este caso los señuelos no son plomados, sino que son señuelos poppers o "paseantes", que se lanzan y se hacen navegar horizontalmente por la superficie "levantando agua", lo que atrae a los depredadores que lo atacan en su recogida hacia el barco.

Os dejo este video donde se puede ver en la primera parte la técnica del popping con la captura de un gran carángido ("Giant Trevally"). En la segunda parte vemos la técnica de jigging vertical capturando túnidos ("atunes de dientes de perro").

...continua en LA AFICIÓN A LA PESCA (II)...
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http://pescavizor.blogspot.com.es/2015/01/la-aficion-la-pesca-ii.html

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